Hay suficientes razones para considerar que el proceso aprendizaje, en cualquiera de los niveles de su desarrollo, debe apoyarse en las ventajas que ofrecen los adelantos tecnológicos.
Los escenarios educativos que propician la movilidad social y cultural en el medio comunitario donde intervienen, les corresponde dar respuestas para la formación integral de sus estudiantes y convertirse en la plataforma pertinente para el desarrollo y crecimiento humano.
La brecha digital y el manejo de la información en gran escala, impone a las instituciones educativas la necesidad de construir un currículo escolar con la tendencia de minimizar los efectos negativos que conlleva la continuidad de la polarización actual, la cual es suficientemente latente en las sociedades ajenas a los avances científicos y tecnológicos.
La polarización actual señala su sostenibilidad con personas analfabetas, desconectadas, infopobres y con rezago cultural, por un lado, mientras que en la cara opuesta se ubican las alfabetas, conectadas, inforicas que indican un favorable sustrato cultural.
Frente al fenómeno de la polarización de la sociedad resultante de la brecha digital, las instituciones educativas deben ser animadoras en la construcción urgente de la sociedad informática, que permita el manejo de la información como requisito indispensable para acceder al conocimiento, indicador básico en la construcción de sociedades académicas.
Acceder al conocimiento científico y tecnológico y éste aplicado al trabajo, convierte al individuo como un ser útil a la sociedad. El manejo de la información, el acceso al conocimiento y su utilidad son pilares intrínsecos para el logro de la movilidad cultural representada en el crecimiento humano y en el desarrollo de la sociedad.
Si la socialización del individuo que permite la convivencia, el acceso al conocimiento, la formación para el trabajo y la identidad local, regional y nacional son propósitos directos de la acción educativa, la tarea institucional debe acoger las dos grandes políticas en la formación integral de los colombianos y las colombianas mediante la consolidación constructiva de la sociedad informática y de la sociedad académica.
A esas dos tareas ambiciosas, en el sentido prudente de la palabra, debe generarse comportamientos y compromisos institucionales como la construcción de un currículo pertinente a las necesidades sociales sostenido en un plan de estudios que responda a las expectativas de sus individuos.
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